La infraestructura industrial se enfrenta a nuevas amenazas, ya sean accidentales, intencionales o no, el impacto de estas amenazas puede ser tremendo, dando lugar a costosos tiempos de inactividad o fallas en el control que podrían poner en peligro la seguridad operativa de sus sistemas
Gestionar credenciales con contraseñas complejas y no revelarlas al usuario final.
Implantar encriptación en el disco duro de los dispositivos para no permitir el acceso a datos sensibles en caso de ser robados o perdidos.
Usar endurecimiento ante la vulnerabilidad (hardening), software que maneja físicamente al hardware (firmware), y cambios para corregir errores (parches informáticos).
Asegurar que ciertas funciones solo se puedan realizar con cuentas e identidades específicas.
Intermediar todas las conexiones a través de una única vía de acceso segura, gestionar y auditar cada sesión iniciada de forma remota.
La herramienta de asistencia remota debe trabajar a través de cortafuegos (sistema de seguridad para bloquear accesos no autorizados a un computador).
Realizar test de ataque a un sistema informático para detectar debilidades de seguridad y nivel de acceso a datos.
Con la pandemia, 80% de las grandes empresas aceleró su transformación digital.
Entre el 2020 y el 2021 el riesgo proveniente de la ciberseguridad se consolidó como la principal amenaza para el crecimiento de las empresas.
En 2021, 30% de los casos de ransomware registrados en América Latina ocurrieron en Colombia.
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